domingo, 31 de mayo de 2009

Espaciosas mesas en un espacio natural


1 comentario:

Unknown dijo...

Decepcionante servicio en un entorno idilico. El pasado domingo fuimos con unos amigos a celebrar un compleaños y pese a que tardaron 10 minutos en atendernos lo hicieron excelentemente, dandonos la leña y la parrilla y invitandonos a sentarnos donde quisieramos. Hasta ahí todo bien. Fuimos a una zona habilitada con la barbacoa, donde una familia estaba acabando de asar su carne que estaba mas apartada y tranquila. Nos instalamos alli en una mesa ancha, ya que no habia nadie mas y teniamos parq elegir sitio. A las 2 horas de estqr alli nos vino un señor en un coche hablandonos de malas maneras. Diciendo que no podiamos estqr alli, que el fuego se hacia arriba y que como teniamos la desfachatez de ir alli a montar una barbacoa en ese sitio por nuestra cuenta ya que ellos se ganaban la vida con eso. No entraron en razones y finalmente nos devolvieron el deposito de alquiler de parrilla poco convencidos. Nos acusaron de entrar a una zona que estaba valada con nuestro coche ( en realidad el merendero tiene 2 accesos, un camino de tierra y uno de asfalto, que pese estar en malas condiciones segun el vehiculo es preferible usar, y que da a la zona que por qrriba esta vallada, pero por abajo tiene acceso libre) ademas de recrinimarnos el dejar el otro coche delante de la valla de es zona ( coche que no era nuestro). Para mas inri nos dijeron que quien nis habia dado esa mesa de 20 si eramos solo 6. Realmente en la mesa caben 12 personas y las mesas de 8 son un poco justas para ese aforo. Si no nos ubiesen dicho sentaron donde querais, esto lo podria pasar por alto. En plena epoca de las tecnologias es imprescindible tener un cuidado extra con los clientes, cosa que fallo completamente, hoy en dia no solo el boca a oreja es util sino que las criticas en internet son cruziales. Lugar un 10, servicio un 1, mesas pequeñas, acceso mal señalizado y en malas condiciones y en el parquing se aplica la ley de la jungla. No volveremos ni lo recondaremos ni a nuestros archienemigos.